martes, 29 de diciembre de 2009

Le petit Prince


El principito se fue a ver nuevamente a las rosas:

-No sois en absioluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún - les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Y las rosas se sintieron molestas.

-Sois bellas, pero estáis vacías- conitnuó -. No se puede morir por vosotras. Sin duda un traunseúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa que he regado. [...] Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Porque ella es mi rosa.




El principito Antoine De Saint-Exupéry

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