miércoles, 17 de junio de 2009

No silbeis para que vaya, por que no lo hare...


Siempre que me ilusiono, por alguien o algo, me acabo de dando de morros con la realidad. No es por que viva en un mundo de fantasía, vivo en la realidad, y la gente me transmite cosas que yo interpreto como ellas me dan a entender. Más tarde me doi cuenta de que mis ilusiónes caen por un precipicio, puesto que la realidad no es la esperada. Las cosas han cambiado, yo de repente sin más, desaparezco, como si no existiera, y a nadie le importara lo que siento y pienso.
Y ¡pum! de repente no estoy, y en mi lugar hay otro y otra como por arte de magia.











Estoy cansada de estar para los demas cuando no tienen a nadie y que nadie este cuando lo necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario