miércoles, 17 de junio de 2009

¿Como explicarte? ¡ Me gustas tú!



Se conocían des de hacía mucho tiempo, pero jamás se habían visto. Por casualidades varias, desconocidas, por el destino ellos dos se vieron.

Fue un encuentro un tanto raro, en la calle, ella se lo miro y pensó “tiene, tiene algo especial, algo que lo hace diferente, es no sé, es algo raro, no se definirlo” y pocos segundos se dio cuenta de que es lo que pasaba, se había enamorado de él. Y él pensó y sintió exactamente lo mismo. Intercambiaron no más de quince palabras se despidieron y se sonrieron.

Ella no podía olvidarlo, no paraba de pensar en él y inconscientemente quería quitárselo de la cabeza, pensaba que después de tantos desengaños este podría ser otro más, el nunca le decía cosas bonitas, el nunca le había mandado ninguna indirecta, ninguna señal para darle entender que le quería. Ella tenía miedo de declararse y quedar como una completa imbécil, estuvo días y días dándole vueltas y no conseguía olvidar lo sucedido.


Pocos días más tarde llena de ilusión, se decidió, tiro una moneda al aire; cara se lo dice, cruz no. Lanzó la moneda al aire, la vio volar y la agarro. Cara.


No sabía cómo hacerlo, empezó a hablar con él, estaba decidida, sabía que tenía que hacerlo, no tenía nada que perder, el no ya lo tenía. Se mentalizo y empezó a decirle cosas bonitas, y mandarle indirectas, el hizo lo mismo.

Se decidieron a quedar otra vez, ella fue a verle con una
amiga a un partido, le daba vergüenza, sonrojada y nerviosa, no era capaz de articular ni una sola frase correctamente. El partido acabó, ella nerviosa, se vieron, se saludaron y los tres se marcharon de allí caminando sin rumbo.



Hablaron de cosas sin sentido mientras la amiga escuchaba música y cantaba a todo volumen. Los nervios le podían tanto a él como a ella. Decidieron ir a un parque y sentarse.

Ella se giro y él sin pensárselo una milésima de segundo; la beso. Entonces, la chica se dio cuenta, se había enamorado de verdad, nunca antes había sentido lo que sintió en ese momento.

Se besaron en aquel parque durante una hora y media, mientras se helaban de frio, era diciembre. Solo se escuchaba a su amiga cantar y el caminar del aire entre los árboles. Empezó a llover y corrieron buscando refugio. Acabaron en la estación de trenes.


Ella lo observo detenidamente. Tenía el pelo revuelto, patillas y greñas. Una cicatriz encima del ojo derecho, dientes de vampiro, una boca preciosa, bueno para ella él era precioso. Era delicado, cuidadoso, cariñoso, lo tenía todo y creía estar viviendo un sueño.

Media hora más tarde él tenía que marcharse, la beso y le susurró dulcemente “Te quiero”. Ella no lo creía, se fue de allí canturreando, dando saltos, vueltas giros, volteretas, chillando, riendo y radiante de felicidad.

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Ya han pasado varios meses desde que escribi esto, cuando entonces todo tenia sentido,daria lo que fuera por poder volver a aquel 13 de diciembre...

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