miércoles, 29 de agosto de 2012

Hoy es uno de esos días en los que esa noche has soñado algo raro, y al despertar ese sueño te atormenta todo el día. Normalmente, escribo sobre ello, por que son sueños que te trastocan el día y creo oportuno escribir que es lo que he soñado, por poco que sea. Por que si este sueño ha conseguido turbarme el día, no puede caer en el olvido.

He soñado que estaba en las fiestas de un pueblo, iba con mi prima, esta me llevaba a la casa de unos amigos suyos, una casa blanca con las puertas y ventanas azules,  y allí me encontraba al dueño de la casa, un antiguo novio con el cual hace años que no me hablo ni veo.  Entro en la casa, me miro en el espejo, y me veo despeinada y fea, vamos a salir de fiesta, así que decido arreglarme, pero no consigo encontrar las cosas para arreglarme. Empiezo a maquillarme y decido vestirme, aparece el por la puerta barriendo la casa y diciendome que me podía cambiar en un rincón que nadie iba a salir del comedor. El se va, yo me cambio, pero el me observa. Me acabo de vestir y de repente aparece, me empuja contra la pared y me besa. Lo aparto "esto no esta bien", y el me vuelve a besar, "nadie tiene por que saber nada". Salgo de la habitación corriendo y voy a peinarme al espejo de la entrada en el que me había mirado al entrar y me peino sabiendo que allí nos ve todo el mundo y no puede suceder nada.  Aviso a los demás de que ya estoy, y nos marchamos. Salimos por la rampa de la puerta; allí me encuentro a su madre, y la saludo. Pero, en realidad no es ella, es la madre de un amigo del equipo.  Mi novio aparece,  y les digo a todos que me esperen un momento, entro en una pasteleria llena de pastelitos, y pido una bandeja para todos.

Me despierto.

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