lunes, 27 de abril de 2009

¿que sabes de ella?

Ven, corre ¡mira! ¿No es bonito amor? Dime… ¿No es bonito ver como el sol desaparece para dejar paso a la luz de la luna y a las estrellas?
Tú, tú eres preciosa, más que las estrellas, eres diferente al resto, las cosas más ínfimas a tu lado parecen un mundo, todo es especial. ¿Qué pasa? ¿No dices nada?... Lo siento, olvidé que no estabas, otra vez, mi imaginación juega conmigo y mis pensamientos imaginan que todo esto algún día será real.
Me voy a dormir. Mañana será otro día me repito una y otra vez mientras permanezco en la cama tumbado.
Me despierto, y te veo, estás ahí, tumbada a mi lado durmiendo, pero no por mucho tiempo. Entonces me giro y te susurro al oído: “Buenos días princesa ¿Has dormido bien?”. Abres tus ojos junto a tu sonrisa. El silencio se apodera de la habitación.
“Br, Br, Br, Br…”, suena el despertador, no puede ser, me doy cuenta, otra vez ha sido un sueño. Parecía tan real, pero ha sido fruto de mi imaginación. Me desperezo, me visto, cojo las cosas y me voy a clase con un sabor agridulce.
Es la hora del patio y tú estas ahí sentada en el césped con la mirada perdida en el horizonte. Entonces yo olvido que estoy en el mundo y quedo absorbido por tu belleza. De repente una voz me despierta de mis fantasías:
- ¿Qué sabes de ella? – señalándola con la cabeza.
- He oído que es fácil de corazón y coleccionista de abrazos… Que olvidó decir nunca más y que su mente se pierde en la tierra del sol naciente y la flor del cerezo. Es un poco fría, atenta, irritable, un poco libre y a veces un poco presa. A ratos se cansa de todo, y da mucho más de lo que espera. Le encantan los días tontos y su vida son trocitos de casualidad.
- ¿Qué más; qué más?
- Es dulce, muy dulce, y llorona a más no poder. Dicen que no le gustan las escusas. Que es un poco loca, siempre anda soñando, y cierra los ojos cuando está cantando…
- ¿Te gusta?
- Me encanta.
Y vuelvo a quedar extasiado con tu belleza. Pasan los días y no pareces saber de mi existencia. Sigo imaginando y soñando con algo que nunca ocurrirá, solo porque soy un cobarde que no se atreve a afrontar la realidad y hacer lo que de verdad desea. Soy como Amelie, prefiero vivir soñando que afrontar los hechos, soy “la chica del vaso” del cuadro de Renoir, que prepara estratagemas y vive de sueños, solo por ser un cobarde, que no es capaz de enfrentarse a la realidad por miedo a salir herido.


Indignada completamente... "¬¬

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